viernes, 9 de noviembre de 2007

Olvida las derrotas y sigue con tu juego


Como dije hace poco, ahora estoy jugando muchas partidas cash de Omaha Pot Limit de 50 dólares, lo que supone un nuevo aumento de nivel en mi lenta pero firme carrera como jugador de póquer.

Por desgracia todo aumento de nivel conlleva mayor tensión porque los botes son mucho más jugosos, y perderlos duele muchísimo. Ayer, sin ir más lejos, vi volar uno de 102 dólares que me escoció bastante:

Hubo una subida y cuatro jugadores la igualaron. Yo tenía QQxx y en la mesa aparecieron Q 7 8 de diferente palo; vamos, que tenía la mejor combinación posible del momento (las nuts). En el bote había 12 dólares y el primer tiparraco en hablar apostó 6. Yo entonces metí la caja, contento con el dinero que había en la mesa y temeroso de que me ligaran una maldita escalera. El jugador siguiente se tiró, pero el último hizo all-in y el primer jugador igualó. Vamos, que era claro favorito, pero el destino quiso que apareciera un 9 y el resubidor se llevara la recompensa con su escalerita.

¡A mí me duele en el alma que se me escapen 102 dólares! ¡Vaya que si me duele! Pero bueno, hay que seguir adelante sea como sea. Estos lances son inherentes al juego y si no los aceptamos será mejor que nos dediquemos a otra cosa.

Por último también hemos de pensar que al igual que perdemos botes suculentos siempre podemos ganar botes importantes con algo de suerte. En el mismo nivel me hice con uno de 87 dólares tras irme all-in en el turn con trío máximo; mi rival ya había completado escalera, pero el river dobló carta y salí victorioso con mi full de Estambul.

Sea como fuere, he aquí mi consejo: ¡nunca pierdas los niervos!

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