jueves, 8 de noviembre de 2007

La apuesta de contención


Nos encontramos en una mesa de seis jugadores. Imaginad que estamos en el flop con A5 de picas y nos enfrentamos contra un único adversario. Sobre la mesa se descubren tres cartas, A 7 8, dos de ellas de corazones. Entonces somos los primeros en hablar, y con un bote previo de cinco euros y nuestra pareja máxima apostamos dos euros más. Nuestro rival nos ve.

En el turn aparece un teóricamente intrascendente 3 de trébol; apostamos cuatro euros (para un bote de nueve) y nuestro rival nos vuelve a ver.

Ahora llega el river y aparece un 9 de trébol. Vamos, que nuestro rival puede haber ligado escalera, pero no así color. También podría tener un As y mejor kicker o quién sabe, quizá ha ligado trío o doble pareja.

Ahora nos toca hablar; ¿qué hacemos? Es evidente que tenemos bastantes posibilides de perder, pero aún conservamos pareja máxima. Y quién sabe, quizá el otro iba a por el color o tenía una pareja alta que no ha sabido tirar (digamos que KK, QQ o JJ).

En este caso yo siempre prefiero hacer una apuesta de alrededor el 30% del bote. ¿Por qué? Pues porque creo que aún tengo posibilidades de triunfo pero mi mano no me da las suficientes garantías como para igualar una fuerte embestida, y si nuestro rival nos ve débiles puede que nos apueste fuerte (en cuyo caso estaríamos ante una decisión complicada y desagradable).

Con lo que yo llamo “apuesta de contención” es muy factible que el rival crea que estoy intentando arañar unos pocos euros más y tenga miedo a farolearnos, cosa que siempre se agradece cuando nuestra combinación es justita.

Así pues, en este caso, con un bote de 17 yo echaría otros cinco euros. Esta apuesta no es ningún farol (tenemos posibilidades de ganar, por supuesto) y repito que muchas veces evitará que nos la intenten meter doblada.

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